sábado, 10 de noviembre de 2012

El parto del mar de José Plasencia Llopis

Hoy deseo hacer una mención especial para un gran hombre con el cual tuve el honor de hablar en varias ocasiones, su nombre:
José Plasencia Llopis, médico jubilado de Valencia, gran amante de las letras y de la poesía desde muy temprana edad, desafortunadamente ya fallecido cuando había pasado la barrera de los 90 años.
 Así era el.



Reorganizando archivos he conseguido volver a recrearme con alguno de sus poemas, el primero "El parto del mar" me sirvió de inspiración para realizar un power point en Octubre del año 2005.

Un abrazo querido amigo José allá donde estés.




 
  Poesía premiada en la ciudad de Segorbe con el Premio nacional a la Tercera Edad en el VII Certamen poético del Club, en la fotografía siendo leída por el autor en el acto del reparto de premios en el Auditorium el 23 de Junio de 1991.)

EL PARTO DEL MAR 

Son las cinco, es verano y amanece...
Estoy junto a la playa
y en la arena, varadas y esparcidas,
hay unas cuantas barcas
durmiendo boca abajo y aguardando
que, alborozados, vengan a botarlas
los pescadores del turismo llenos
de ilusión, de trebejos y de cañas.

No se ve a nadie aún...; hay un silencio...,
un solemne silencio, que se baña
y se extiende sobre la superficie
lisa y tensa como una piel, del agua;
agua que apenas lame las arenas
pues no hay olas ni ruido de resaca.

Estoy cara al saliente
y en la línea que mar y cielo trazan,
un resplandor se anuncia y difumina
tras unas nubes cárdenas...

Del sur al norte en formación de delta,
a unos cientos de metros de la playa,
pasan nubes de pájaros que emigran
a tierras menos cálidas;
y allí lejos..., muy lejos, en el límite
entre el cielo y el mar, también destaca
la silueta gris de un gran navío
que da la sensación de que no avanza...

Pero aquel resplandor de jalde nítido
que apenas se iniciaba,
va creciendo y creciendo por momentos
hasta inundar de alba
el telón de azabache de la noche,
apagando todas sus luminarias.

...Se adivina un prodigio ya inminente,
un cósmico suceso que anonada,
algo tan asombroso..., que da al hombre
la evidencia de que su cuerpo es... ¡nada...!
ante el protagonismo de ese Cosmos;
y que al menos, su alma,
lleva en sí la grandeza trascendente
de saberse vencida y humillada...;
Ese evento que muestra...lo finito
de nuestro cuerpo..., y lo grande del alma..

Y ahora, en la matriz del horizonte,
un hemidisco carmesí se alza
y va emergiendo hasta formar un circulo
que, como en parto colosal, avanza
su cabeza redonda y congestiva,
y, reflejándose en el cristal del agua,
traza un cordón umbilical polícromo
que, del naciente, viene hasta la playa...

¡El mar ha dado a luz!
y el disco, ya alumbrado se separa,
se levanta, se yergue y se ilumina
y tornando su faz anaranjada
en brasa incandescente, ya me ciega
y no puedo mirarlo cara a cara;
y hasta el cenit se seguirá incendiando,
y abrasar las arenas doradas,
y aventará las brisas refrescantes
fecundando las velas de las barcas
y poniendo puntillas a las olas
que en el azul destacarán más blancas...

...Aquella estela umbilical que el astro
en el momento de nacer trazaba
con miríadas de espejos irisados
y que surcaba el mar hasta la playa
se ha convertido en enorme abanico
con titilantes lentejuelas de plata...
¡EL MAR A DADO A LUZ, POR FIN, UN DÍA,
Y OTRO PRODIGIO ALUMBRARÁ MAÑANA!

22-Nov-90 José Plasencia Llopis



¡SÓLO DIOS ME BASTA.......¡

(Segunda parte de “El parto del mar”)

El Sol ya es adulto, llegó hasta su zenit
y envía a la arena su ardiente embajada;
ya no cabrillea en el gran abanico
que a medio camino en el mar trazaba;
y cuya planicie es de azul profundo
al que sólo quiebran las motitas blancas
de algunas barquitas en la lejanía...

Partieron gozosas a pescar al alba
siendo testimonio del alumbramiento
que dio a luz al astro, entre cielo y agua
cuando reflejaba, dorado y brillante,
el cordón que unía su ombligo a la playa...

Bajo su influencia la Tierra se mueve ;
tras el Sol, sumisa; por el Cosmos vaga
hacia un insondable destino infinito,
cumpliendo una orden fatal que la arrastra...

¿Hacia dónde vamos...?, ¿de dónde venimos...?;
¿ a quién obedece...?, ¿quién es el que manda..?:
¡ No puede saberse!, -dicen los agnósticos;
¡ el azar -afirma la Ciencia- es la causa !;
¡ la necesidad...!, -dicen los filósofos-.

Según los biólogos fue el prístino magma;
y los bioquímicos: fueron el metano,
los aminoácidos...¡con las circunstancias!,
y el creyente dice: ¡sólo Dios me basta!.

...¡Un enigma inmenso para un ser mezquino
con su egocentrismo y hueras palabras!.

Y es que a desvelarlo no llega la mente:
¡sólo con el alma y la fe se alcanza,!
Y en tanto la Ciencia, tan positivista,
va tras los arcanos..., y si los alcanza,
desde ellos otea otros mil problemas
que domina luego... Mas esa atalaya
muestra sus sórdidas facetas morales,
y el Santo replica: ¡sólo Dios me basta...!

Pero el Sol declina y pierde fulgores,
el día envejece, las sombras se alargan,
y la tarde trae múltiples gaviotas
tras de las estelas de alguna barcaza.

Las barquitas tornan, el mar se aborrega,
su seno verdea, la brisa se encalma,
y el astro, agotado, llega hasta el poniente,
¡ y vuelve a enterrarse entre nubes cárdenas!.

Su gran disco rubio, cual doblón inmenso,
se hunde en la alcancía del orbe, fantástica...
Lo hace lentamente..., ¡ya no se ve apenas...!,
y ya sepultado, cuando está en su cárcava,
el cielo aún lo honra por unos instantes
con una corona de oro teñida de gualda...
y enciende diamantes que vibran dispersos,
que van asomándose a él como lágrimas...

El Sol, con la Tierra, cumplieron su ciclo...,
¡Se nace y se muere en una galaxia
sobre una partícula del vasto Universo...!
y sobre ella el hombre, con conciencia y alma...
para valorarlo... ,¡ se siente asombrado ! ...
¿Qué sentido tiene...?, ¡Sólo Dios me basta!

Xàtiva  10 de setiembre de 1997.

JOSÉ PLASENCIA LLOPIS

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